ARTE Y VERDAD
ARTE Y VERDAD:
El arte ejerce un papel preponderante en la sociedad actual como agitador de conciencias, dado que actúa de tal manera que, aunque posee un mercado pautado y concreto, también influencia en otros sectores, desde la política, pasando por la empresa, psicología, psiquiatría, universidad, la religión, las creencias espirituales, la actividad cotidiana de millones de personas en el mundo y en la conciencia del ser humano. El arte es una actividad creativa, pero también artística en sí misma, espiritual y social. El arte incide de manera directa en la mente, corazón, alma, espíritu y conciencia de las personas de forma directa, indirecta, psicológica, subliminal o irónica. El mercado del arte trata de temas económicos, publicidad, promoción, cotización, ventas, etc. Pero, además, la obra y el artista son parte de la realidad espiritual, es decir que forman la dinámica de lo que hoy denominamos la fuerza y la determinación de la energía y la transformación constante de la materia. El arte es parte de esta fuerza, dado que es inmaterial, aunque se lleve a cabo su representación a través de la materia. Decía una conocida galerista española que el arte es materia, se representa a través de la misma, pero no estoy completamente de acuerdo, porque la materia, en realidad, es tan sólo la representación formal, mientras que, antes, ha habido la idea, el flujo de pensamiento, la chispa, la inspiración, a partir de la que, través del estudio y análisis consecuentes, se ha aplicado a nivel plástico. Es decir que, en un inicio, el arte no es materia, sino idea, y ésta es energía, que aunque forme parte de la materia no lo es en sí misma. Por consiguiente el arte es una actividad no material, que se apoya en la esencia, es decir en lo insustancial, en las vibraciones y la sensibilidad, queda sujeto a limitaciones, pero posee un gran margen de libertad y actuación. El arte como parte de la esencia del individuo El arte es parte de la esencia misma del individuo como ente pensante libre, al margen de normas, en todo caso superando limitaciones, aunque se mueva a través de las circunstancias limitadoras, debido a la aplicación de las leyes. Posee leyes que todos sus integrantes cumplen, mientras que la actuación puntual fuera de lo normal ante los acontecimientos es algo variable pero previsto en las leyes. Las leyes nos conducen dentro de la actividad artística por la pléyade de caminos del laberinto, en los que, el verdadero artista se separa de lo comercial, es decir del arte concebido como concesión al mercado, para adentrarse en el terreno de la auténtica libertad, es decir en la disposición de agradarse, en primer lugar, a sí mismo, como punto número uno. Después, una vez consolidada su actitud frente a la sociedad y el mercado, el artista deja de seguir los parámetros del mercado para sumergirse en el verdadero estudio de la vida. Y la vida es plástica pura. El arte es expresión sensible y la realidad es parte de esta expresión. Es una parte importante pero no la definitiva. El arte es libre porque no obedece a leyes terrenales, sino que surge de la parte espiritual y de la conciencia de la persona, pero también del cosmos, de otras dimensiones, de estratos que no están aquí pero que existen. El artista actúa de transmisor, es decir que nos comunica lo que existe pero no se ve tamizado por su manera de ver las cosas. El artista es un creador que conecta con el inconsciente planetario. El artista es un creador que conecta con el inconsciente planetario, con la psicología de la evidencia de la realidad que nos influencia. Hay una conexión evidente entre obra, artista y fuente inicial de inspiración. En este caso está claro que la obra del artista es determinante, delimitando la dinámica creativa, la exuberancia plástica, la evidenciación de la transformación de la creación. Todo es movimiento, la plástica es actividad y concierto. La obra de arte está en movimiento, no es hierática. Posee independencia con respecto a su creador, pero, a la vez, es el alma del mismo. No hay nada al margen del artista, aunque la obra, posteriormente, pueda independizarse del mismo. Siempre se encuentra en línea con una actividad calculada o no, que viaja a través de la conceptuación de la idea, de la evidencia de la formulación plástica, en la dinámica social y creativa. El arte va más allá de la estética El arte en la actualidad cumple una función que va más allá de la estética. Es una función espiritual y plástica, que supera los parámetros de entendidos y especialistas, conectando con la gran masa, aunque sea a través de exposiciones de gran formato, importantes, bien promocionadas, con apoyo institucional, convertidas en hit parade. Es la comercialización de la espiritualización del arte. Pero el arte es algo más que ser producto y objeto de recibimiento masivo. De hecho el auténtico arte no tiene dueño, tampoco destinatario, pero sí autor, que es canalizador, es decir, ejecutante de la voluntad energética que lo sustenta. Es la creatividad, energía que se expande por el universo que llena a todos. Por esta razón el arte no puede ser para minorías, porque su origen es social, universal, cósmico, sin fronteras. El arte mercado, el arte puro creativo y el arte producto son partes de un mismo todo, pero el arte de verdad es algo más, es la consecuencia del artista, de su trabajo e interés, de su voluntad de conectar con el espectador para comunicarle sus secretos y sus enigmas. Le abre la puerta, le permite entrar, le facilita el trabajo, pero, luego, es el propio espectador quien debe decidir por sí mismo, guiarse por su instinto, conocimientos, sensibilidad, conciencia, formación e interés. El espectador no manda en el arte, tampoco el mismo arte, mientras que el creador, es decir, el artista plástico, actúa de intermediario. El arte es libre El arte es libre, no posee dueño, aunque pueda ser comprado, recomprado, canjeado, destruido y transformado. El arte es una expresión libre de cualquier atadura, aunque puede ser condicionado, dirigido, guiado, aconsejado, pero, entonces, en estos casos, ya no es verdadero arte. Ya no se trata de arte, creación, creatividad, sino que es creación plástica que viaja a las profundidades de la conciencia de cada uno cercenado. No hay arte de una minoría, ni tampoco el arte actual es del proletariado, el arte es universal y sólo se pertenece a sí mismo, es energéticamente independiente. |
LA VERDAD ARTÍSTICA
Precisamente porque ese rodeo es la única vía de que se dispone para alcanzar la verdad, periódicamente la humanidad intenta eludir el esfuerzo que supone semejante rodeo y quiere captar directamente la esencia de las cosas.
Verdad (definición): El significado de la palabra verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades.
La disyunción entre estética y filosofía del arte planteada de manera radical por algunos autores, tiene como fundamento el hecho de que la estética se ocupa del juicio de gusto, mientras que la filosofía del arte tiene como
objeto la relación de la belleza con el arte y con la verdad.
Puesto que las cosas no se presentan al hombre directamente como son y el hombre no posee la facultad de penetrar de un modo directo e inmediato en la esencia de ellas, la humanidad tiene que dar un rodeo para poder conocer las cosas y la estructura de ellas.
Que las obras de arte existan indica que lo no existente podría existir. La realidad de las obras de arte habla en favor de la posibilidad de lo no posible.
La diferencia entre verdad e intención en las obras de arte se vuelve conmensurable a la consciencia crítica donde la intención se dirige a lo falso, por lo general a esas verdades eternas en que simplemente se repite el mito.
Las obras completamente formadas, a las que se acusa de formalismo, son las más realistas porque están realizadas en si mismas y en virtud de esta realización realizan su contenido de verdad.
Las obras de arte están en tensión extrema con su contenido de verdad.
En HEGEL no hay confusión entre la idea de la belleza y la idea de la verdad, pero sí una relación muy estrecha. Mientras que la verdad es en HEGEL el ser para-sí del concepto, en la belleza el concepto no es para-sí, sino en el objeto.
Las obras de arte no imitan a la realidad, sino que enseñan ese desplazamiento.
Durante siglos, tanto los filósofos como los artistas han
tratado de hacer llegar la verdad y la belleza a las clases más bajas de la humanidad; ellos fracasaron en el intento, pero la verdad y la belleza se abrieron camino victoriosamente gracias a su propia fuerza vital indestructible.
Pero, ¿cómo se protege el artista de las corrupciones de su tiempo, que le rodean por todas partes? Despreciando el juicio de su época. Que levante la mirada hacia su propia dignidad y hacia la ley, y que no ande cabizbajo en busca de la felicidad y de la necesidad material.
¿La verdad estética es creada por el arte?
El Realismo fue un movimiento artístico y literario cuyo propósito fue la representación objetiva de la realidad basada en la observación de los aspectos cotidianos que brindaba la vida de la época. Esta contemporaneidad facilitó a los artistas un amplio campo de representación entre 1840 y 1880.
La aparición y desarrollo del Realismo fue fruto de la agitada situación política francesa desde la proclamación de la República, en 1848, hasta el advenimiento de la Comuna de París. Es a lo largo de estos años cuando surgen los movimientos obreros y proletarios que inspiran nuevos sentimientos sociales y nuevas ideas políticas.
Este Realismo comenzará como movimiento reivindicativo: la representación del pueblo sin idealismo. El desarrollo del Realismo estuvo también vinculado a los avances tecnológicos de la Segunda Revolución Industrial: ferrocarril, teléfono, telégrafo…
En estos mismos años se elaboraba la filosofía positivista de Compte para afrontar la realidad directamente con las armas de la razón, para someterla a sus leyes. La pintura realista tendría en común con la filosofía positivista su interés por la observación meticulosa.
El Realismo se caracterizó por su afán de veracidad, al retratar campesinos o trabajadores; su contemporaneidad, al sostener que el único tema válido para el artista era el mundo coetáneo; su compromiso social, al abordar temas que hasta entonces se habían ignorado, en estrecha conexión con la literatura y su variedad de temas: intimistas, familiares, reuniones al aire libre, paisajes rurales y urbanos.
Es entonces cuando el realismo introduce sensaciones de vitalidad, instantaneidad y nuevos enfoques, aproximándose así a la fotografía. Estos aspectos serán retomados por el Impresionismo.
El realismo alcanzó especial desarrollo en Francia y tuvo en Courbet, Millet y Daumier a sus grandes figuras.
¿Cómo se define la verdad artística?
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